La
quimioterapia podría no tener efectos secundarios al introducir el fármaco
antitumoral en una cápsula inteligente capaz de reconocer a las células
tumorales y abrirse solamente cuando llega a una de ellas, según un estudio de
Romen Castillo, del Centro de Investigaciones Biomédicas de Canarias.
El
doctor en Química por la
Universidad de La
Laguna explica en una entrevista a Efe el resultado de la
investigación en la que constata que con el uso de esta cápsula, la
quimioterapia será más efectiva y evita el sufrimiento de los efectos
secundarios que ocasiona, como caída de pelo, náuseas y bajada de defensas.
Se
trata de cápsulas inteligentes enhebradas que albergan la medicación
antitumoral en su interior y que pueden distinguir las células cancerosas de las
normales y, de esta manera, acabar con el cáncer sin afectar al resto del
organismo.
Según
señala el investigador, cuyo estudio está en una fase inicial y va a ser
probado en células tumorales y posteriormente con ratones, la fabricación de
estas cápsulas es algo "muy novedoso" dentro de la química.
Hasta
el momento, detalla, se utilizan las cápsulas moleculares, que se deshacen
dentro del paciente y hacen que la quimioterapia que lleva en su interior no
distinga las células cancerosas de las normales.
El
avance que incorpora Romen Carrillo se basa en la manera de ensamblar las
cápsulas en las que se alberga la medicación que se unen a través del
denominado enlace mecánico, en el cual unas de las moléculas se entrelazan a
las otras igual que las hebras de un tejido se hilvanan para formar una prenda.
Añade
que esta novedosa manera de unir la cápsula permite no solo dirigirla por el
interior del organismo hacia el tumor, sino que una vez que llega a él, la
cápsula se abre tras desenhebrarse, liberando el fármaco.
El
científico, que está empezando a construir las cápsulas, insiste en que la
ventaja de su investigación es que se podrá suministrar el fármaco únicamente
allí donde se necesita, dejando intactas a las células normales.
"Con
este método esperamos conseguir no solo un mayor porcentaje de curaciones, sino
también que apenas haya efectos secundarios en la quimioterapia, despojándola
así de la connotación negativa que tiene", asevera.
Este
avance, continúa, evitará el sufrimiento en el paciente durante el tratamiento
y, además, mejorará su calidad de vida y ánimo, lo que puede ayudar a
sobrellevar la enfermedad.
Asimismo, como el fármaco se dirige a las células malignas
y no se desperdicia en células sanas, se podrá utilizar una dosis menor de
medicación por paciente, lo que ayudará a reducir los coste de la sanidad
pública, añade.
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