En un principio, las autoridades
irlandesas apuntaron a España y Holanda como origen del fraude.
Los restos de ADN de caballo encontrados en hamburguesas
supuestamente de vacuno, comercializadas en cinco de las principales
cadenas de supermercados de Irlanda e Inglaterra,
provienen de plantas procesadoras polacas,
según certifica la investigación llevada a cabo por la Autoridad
para la Seguridad Alimentaria de Irlanda (FSAI).
Después de que el ministro de Agricultura irlandés, Simon
Coveney, atribuyese a España y Holanda el posible foco de la adulteración de
carne de vacuno con restos de caballo y cerdo, los minuciosos estudios
realizados por las autoridades irlandesas concluyen que algunas de las materias
primas empleadas por el procesador de alimentos irlandés Silvercrest,
donde se fabricaban las hamburguesas, fueron importadas desde Polonia. En
concreto, aquellos ingredientes donde se detectó hasta un 20% de contenido
equino fueron suministrados por proveedores polacos, que llevaban abasteciendo
a la empresa de alimentaria durante algo más de un año.
«Los resultados de la
investigación no muestran ninguna evidencia de que la compañía Silvercrest haya
empleado carne de caballo en su proceso de producción», declaró Coveney,
afanado desde el primer momento en que saltó el escándalo en defender los
estándares de calidad alimentaria de la industria irlandesa.
Al parecer, las
hamburguesas estaban elaboradas con una mezcla de aditivos de proteínas
concentradas de bajo coste, procedente de varios mataderos, importados desde
Polonia, donde ya se ha puesto en marcha otra investigación.
Irlanda espera que el
esclarecimiento del origen de la carne adulterada ponga fin a una crisis que ha
sacudido la confianza en la exportaciones irlandesas, incluyendo el impacto
para el mayor exportador de ternera en Europa, el grupo ABP (al que pertenece
la planta Silvercrest) propiedad del empresario irlandés Larry Goodman.
Desde que hace dos semanas las autoridades irlandesas detectaran
ADN en las hamburguesas congeladas comercializadas por Tesco, la empresa de alimentos
ha visto cómo el escándalo equino se ha cebado con su negocio. Primero, las
grandes cadenas de supermercados como Tesco, Lidl o Iceland ordenaron la retirada inmediata de 10
millones de hamburguesas congeladas de sus estanterías. Posteriormente,
cerraron de forma temporal Silvercrest. Una semana después, otro tipo de empresas
vinculadas a ABP optaban por apartarse del peligroso foco que podría repercutir
en su actividad de negocio, como Burger
King, que rescindió su contrato con ABP en Irlanda e Inglaterra.
Ahora que se han revelado
las circunstancias en que la materia prima de caballo acabó colándose en las
hamburguesas congeladas, Paul Finnerty, el consejero delegado de ABP Food
Group, respira aliviado, esperando recuperar la normalidad en su negocio y ya
se ha apresurado a negar que el contenido equino procediese de planta que
poseen en Poznan (Polonia).
http://www.abc.es/sociedad/20130128/abci-polonia-hamburguesas-carne-caballo-201301281738.html