Pacientes madrileños se «fugan» a
pueblos de Ávila, Segovia, Toledo o Guadalajara. Un vecino de Meco compró 40
recetas en Azuqueca.
Azuqueca de Henares (Guadalajara) está a 10 kilómetros de Meco
y de Alcalá de Henares (Madrid). Sin embargo, vecinos de los dos municipios
madrileños recorren esa distancia para comprar en farmacias de Castilla-La
Mancha y ahorrarse un euro por receta. Les salen mejor las cuentas. Lo mismo
pasa en otros pueblos limítrofes con Castilla y León. De Ávila y Segovia, por
ejemplo. O, por el sur, desde Aranjuez a los pueblos toledanos de Seseña y
Ontígola. Es el «efecto frontera» de la tasa madrileña, que se cobra desde el
pasado 1 de enero en todas las farmacias de Madrid.
La fuga de pacientes madrileños a las farmacias castellanas va
en aumento. Lo han notado casi todos los farmacéuticos de los municipios
cercanos al límite con la comunidad madrileña. Me niego a pagar. Es una
injusticia» se ha convertido en la frase más repetida. Los pacientes
madrileños no quieren pasar por «insumisos», que pueden, aunque les penalicen
con un 20% de recargo. Pero tampoco parecen dispuestos a pagar más que los
vecinos de al lado.
Cayetano López, de la Farmacia Pobos , en
Azuqueca de Henares, notó enseguida el trasvase de pacientes desde Meco y
Alcalá de Henares. «Los primeros días del año, en cuanto entró en vigor la tasa
madrileña, ya nos llegaban 3 o 4 pacientes al día. En los últimos días ya vemos
hasta 8 recetas de Madrid. Se ha duplicado».
Trabajan en Madrid
López no entra en si es
rentable o no el recorrido y el gasto en gasolina. «Pienso que puede ser gente
que trabaja en Madrid y vive aquí. Así de sencillo, aunque tanto aumento da qué
pensar. Con una receta solo, no viene nadie».
De hecho, se
conoce el caso de un vecino de Meco que se trasladó a Azuqueca para que le
despacharan 40 recetas. Él comentó que eran para su madre, enferma crónica.
Los boticarios de los pueblos limítrofes con Madrid aseguran que casos como
éste no se han visto muchos. A lo mejor es que recogió recetas de familiares y
amigos», comentaba una farmacéutica del Corredor Madrid-Guadalajara.
En Aranjuez también se ha
notado esa fuga de pacientes. Llegan hasta Seseña y Ontígola, en la provincia
de Toledo. Algunos boticarios hablan de un aumento de hasta el 20% de clientes
madrileños. María Teresa, de la
Farmacia Álvarez Palencia, de Ontígola, asegura que, en
efecto, hemos notado el trasiego hace una semana. Despachamos una media de 4 o
6 recetas todos los días prescritas en Madrid».
En el límite de Madrid con
Ávila y Segovia se ha dejado notar, y de forma importante, la fuga de
pacientes. En pueblos como El Espinar, San Rafael y La Granja (Segovia), o El
Tiemblo y Arévalo (Ávila), muchos madrileños tienen su segunda vivienda.
Aprovechan los fines de semana para suministrarse, pero también hay a quienes
les compensa dar un «paseo» en tren.
El teléfono no para
«Se deben reunir algunos
vecinos porque me he encontrado con usuarios que llegan hasta con cinco
recetas», señala Jaime García, que regenta una botica en San Rafael, localidad
segoviana a tan sólo 22 minutos de Collado Villalba, uno de los municipios más
grandes del norte de Madrid.
En la botica de Ana (Kario Kiriakos), ubicada en El Espinar
(Segovia), no ha parado de sonar el teléfono. Todos son pacientes de Madrid.
«Sobre todo, me preguntan si en Castilla y León también se ha implantado el
euro por receta». Aunque para
Ana «es muy pronto para hablar de porcentajes, asegura que «sí que lo hemos
notado».
Ella no cree que el
«turismo farmacéutico vaya a provocar problemas de abastecimiento en las
farmacias limítrofes de Castilla y León. «Puede faltar algo de forma puntual,
añade. La farmacia de María Jesús Bartolomé, también en El Espinar, fue otra de
las que notó esa «fuga» de usuarios. «Tenemos muchos clientes de fin de semana
de Madrid que a partir de julio, por el tema de las devoluciones, dejaron de
comprar en la farmacia», detalla. Ahora han vuelto a «cruzar» la frontera y, en
su establecimiento, se ha notado un ligero incremento de clientela madrileña.
A María Jesús también le han llamado por teléfono usuarios
madrileños para preguntar si continuaba el restaurante «Volvoreta» porque, sí, aprovechaban
la «excursión» para comer ahí y se gastaba 30 euros en lo que quería en lugar
de dejarlos en la farmacia. Recuerda, la boticaria, que le contaron eso. No
obstante, la mayoría siguen siendo vecinos que tienen su segunda vivienda en el
municipio segoviano.
Hasta los pueblos
abulenses ha llegado, también, la fuga de recetas. «Durante la primera semana
de enero no lo percibimos. Ahora sí», resume Juan Carlos, propietario de una
botica en El Tiemblo, otro de los municipios de Ávila frecuentado por
madrileños los fines de semana y donde, también, tienen casa de fin de semana.
Juan Carlos asegura que, «por el momento», no tiene problemas de «stock» ante
el aumento de la demanda. El tiempo dirá.
http://www.abc.es/local-madrid/20130120/abci-efecto-frontera-euro-receta-201301201618.html