La
ministra de Trabajo alemana, Ursula von der Leyen, viajará a Madrid para
reunirse con su homóloga, Fátima Báñez, y suscribir un memorando de
entendimiento (MoU) bilateral “similar” al que Alemania firmó con Italia el
pasado noviembre, explicaron a Efe fuentes del Ministerio de Empleo alemán.
Estas fuentes, que no
quisieron avanzar detalles del texto antes de la firma, remitieron al acuerdo
con Italia e indicaron que las diferencias entre ambos son mínimas y se limitan
a particularidades locales de carácter laboral y educativo.
El MoU entre Berlín y Roma
asienta la cooperación bilateral para luchar contra el desempleo juvenil
italiano en dos pilares: las políticas laborales -que incluyen promover la
contratación de jóvenes y su movilidad- y la introducción de un sistema de
formación profesional similar al alemán, con un fuerte componente práctico.
En el ámbito laboral, el
documento hace especial hincapié en la promoción de la movilidad de los jóvenes
profesionales, recurriendo en muchos casos a herramientas europeas
preexistentes -como las becas Leonardo da Vinci, los fondos de cohesión social
o la red EURES-, sobre todo al extranjero, esto es: a Alemania.
La mayor economía de Europa
precisa decenas de miles de trabajadores, tanto de formación universitaria como
técnica, para explotar su potencial de crecimiento económico y, en el largo
plazo, mantener la estabilidad de un Estado de bienestar amenazado por el
envejecimiento de su población.
Además, el acuerdo en el que
se basa el que firmarán Madrid y Berlín aboga por proseguir con las reformas en
el mercado laboral, en concreto las relativas a los modelos de contratación, un
asunto que ya está a debate en España.
En el ámbito educativo, el
MoU entre los Gobiernos de Alemania e Italia habla de “intercambiar experiencias”
y “comparar modelos” de formación, aunque queda patente que el referente es el
sistema germano.
Sólo desde esa óptica se
entiende que apuesten por una mayor implicación de las empresas privadas en la
formación de profesionales y que enfaticen la transición entre educación y
mercado laboral.
Alemania es un modelo en
este sentido, ya que disfruta de una tasa de desempleo juvenil del 7,5 % -la
menor de la Unión
Europea-, gracias a un sistema que reserva la mitad del
tiempo de estudios a las prácticas, a veces remuneradas, en empresas.
No obstante, algunos
expertos han advertido de que este sistema, al ser muy específico y volcado en
lo práctico, hace muy difícil que un trabajador pueda reciclarse y cambiar de
empleo a lo largo de su carrera, una desventaja en un contexto tecnológicamente
cambiante y laboralmente incierto.
El pasado noviembre el
Gobierno español aprobó un Real Decreto que establecía las bases de la
formación profesional dual, por la que los alumnos reciben en empresas al menos
un 33 % de las horas lectivas totales, y esta semana aprobó la Ley Orgánica de la Mejora de la Calidad Educativa
(LOMCE).
La formación profesional
dual en Alemania, donde están reconocidas unas 350 titulaciones profesionales,
combina la capacitación teórica con la formación directa y remunerada en
centros de trabajo.
Durante los entre dos y tres
años y medio que duran estos ciclos formativos, el estudiante acude tres o
cuatro días por semana a trabajar a una empresa y tan sólo uno o dos días por
semana a su centro de estudios.
Más de 500.000 compañías -en
su mayoría pymes- participan en este modelo, en el que el Estado alemán asume
el coste de la formación teórica.
Casi la mitad de los jóvenes
alemanes opta por la formación profesional tras la educación obligatoria,
frente a las altas tasas de universitarios de otros países europeos como
España.
El acuerdo entre Alemania y
España también se puede inscribir dentro de una nueva estrategia de Berlín, que
ante las dificultades que conlleva la adopción de acuerdos consensuados entre
los 27, ha
optado en los últimos meses por pactos bilaterales y multilaterales.
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