UGT.- lunes, 28 de mayo de
2012
Según
los datos facilitados por el Observatorio de las Enfermedades
Profesionales relativas al mes de
abril de 2012, se han producido un total de 6.106 enfermedades profesionales de
las cuales 3.051 han sido con baja y 3.055 no han producido baja. Estos datos
suponen un descenso del 10% con respecto al año 2011.
Con
respecto a 2011 las enfermedades profesionales con baja han descendido un 8%, y
también se ha reducido, un 11%, el número de de enfermedades profesionales sin
baja.
Cataluña
Euskadi y Navarra están a la cabeza de las Comunidades Autónomas que más enfermedades
profesionales declaran, las que menos, Extremadura, la Rioja, y Cantabria.
Estas
cifras aún están lejos de las del año 2006 en que se aprobó el nuevo sistema de
notificación y registro que ponía de manifiesto que en España se estaban
declarando menos enfermedades profesionales de las que en realidad se producían
y que esto llevaba a la desviación al Sistema Público de Salud de unos costes
que correspondería asumir a las Mutuas de Accidentes de Trabajo y Enfermedades
Profesionales de la Seguridad Social.
En
abril de 2012 se han declarado 3.613 enfermedades profesionales menos que en
2006. El descenso que se ha producido en la declaración de enfermedades
profesionales con baja y el aumento de las que no causan baja con relación al
año 2006 (5.262 enfermedades con baja menos, pero 1.649 enfermedades sin baja
más), debemos tomarlo con ciertas cautela, ya que desde UGT consideramos que
puede deberse más al miedo a la pérdida del puesto de trabajo en la situación
actual, que a la aplicación de medidas preventivas en el seno de las empresas.
El
sindicato quiere destacar además, la no inclusión
de los Riesgos Psicosociales en lo relacionado con las enfermedades
profesionales, a pesar de que muchas de las dolencias y aspectos derivados de
dichos riesgos, pueden generar patologías que hagan más difícil el desarrollo
de la actividad laboral de los trabajadores/as, e incluso su exclusión del
entorno laboral.
UGT denuncia que la falta de aplicación del
Real Decreto de Enfermedades Profesionales, que en lugar de hacer que salgan a
la luz todas las existentes, lo que está provocando hasta ahora es una menor
declaración de las mismas.